El oro blanco es una opción muy popular para anillos de compromiso y matrimonio debido a su elegancia, modernidad y brillo distintivo. Sin embargo, este material requiere cuidados especiales para mantener su belleza y condiciones perfectas con el paso del tiempo. A continuación, te compartimos algunos consejos esenciales para cuidar tus anillos de oro blanco y conservar su esplendor.

El oro blanco se obtiene al combinar metales como paladio, plata y níquel en distintos porcentajes para transformar el color original del oro (amarillo). Esto lo hace más propenso a rayones, golpes o pérdida de brillo, especialmente si no recibe una limpieza regular. Aquí te recomendamos cómo cuidarlo adecuadamente.

Limpieza y cuidado
Cuando adquieres una pieza de oro blanco en Mano Forjada, incluimos una microfibra especial para limpiar y pulir tus joyas. Si no la tienes a mano, puedes utilizar un paño suave que no raye la superficie, idealmente diseñado para joyería. Estos paños están disponibles en tiendas de joyas o en línea.

Para mantener el brillo y tonalidad, sigue estos pasos:

  1. Utiliza agua caliente, jabón para trastes y un cepillo de cerdas suaves para eliminar la grasa o suciedad que se acumula con el uso diario.
  2. Evita ducharte, nadar en la playa o en piscinas con tus joyas de oro blanco, ya que los químicos presentes en esos ambientes pueden dañar su brillo y, con el tiempo, hacer visible el tono amarillo del oro base.
  3. Guarda tus piezas por separado, ya sea en una bolsita o en un joyero, para evitar que se rayen al entrar en contacto con otros accesorios.

Mantenimiento profesional
Si notas que tus piezas de oro blanco han perdido brillo o se ven desgastadas, te recomendamos acudir a un maestro joyero para que las revise. Un baño de rodio puede restaurar su tono original y devolverles su aspecto impecable. Si llegas a tener alguna duda con gusto puedes mandarnos mensaje por nuestras redes sociales para asesorarte.

 

Andrea Gomez